sábado, 15 de junio de 2013

Ernst Haeckel y las Obras de Arte de la Naturaleza




Ernst Heinrich Philipp August Haeckel ( 1834-1919) fue un estudioso alemán de la medicina (porque así lo quiso su padre) pero también de la zoología y biología. Fue el creador del término ecología, en 1869, que define la relación existente entre los seres vivos y su hábitat y, además, fue fiel seguidor de las teorías de Darwin de quien fue amigo y con quien mantuvo una extensa correspondencia durante veinte años.






Toda su obra fue seguida con expectación y sus libros fueron publicados en distintos idiomas y ediciones. El primero de ellos "El Enigma del Universo" ( 1899), por ejemplo, vendió más de cuatrocientas mil copias antes de la I Guerra Mundial y fue traducido a multitud de idiomas, como decimos, incluído el esperanto. (1)




Fue un ser polémico que levantó ampollas en las mentes más religiosas por su clara negación de la existencia de Dios. Pero también fue muy creativo, estuvo entre los primeros que dió sentido al árbol evolutivo y sus estudios empujaron a Eugène Dubois, a la sazón su protegido, a investigar, descubriendo en Trinil, Java, los primeros fósiles de Homo Erectus (1894)




Viajó para llevar a cabo sus investigaciones. Visitó Italia y Sicilia; las islas Canarias, Lanzarote en concreto,  pero también fue a la actual Sri Lanka, a Sumatra y Java en donde pintó paisajes a la acuarela. Pero no únicamente, ya que estudió todo tipo de organismos marinos (esponjas, medusas, radiolarias y demás criaturas) pintadas por él mismo y reproducidas en litografías. De ahí salió su libro " Obras de Arte de la Naturaleza" ( Kunstformen der Natur) al que pertenecen todas las obras que se reproducen en esta entrada.




Paisaje Javanés







La estética de la obra fue tal que influyó en el movimiento Modernista de finales del siglo XIX-  comienzos del XX, denominado en Alemania Jugendstil, Art Nouveau en Francia o Sezession en Austria. Aún afirmando que no era un buen artista, quería hacer que sus lectores se viesen atrapados por los mismos lugares que él había visitado.


Puerta Monumental realizada por René Binet para la Exposición Universal
de 1900 totalmente influído por la forma de determinadas criaturas ( Stephoideas)
 dibujadas por Haeckel.


Stephoideas





Por eso lo traigo a este espacio, porque a pesar de que él lo negaba, está considerado como un ser en el que ciencia y arte se dan la mano gracias a los maravillosos dibujos e ilustraciones que sirvieron para plasmar todo tipo de seres invertebrados y demás animales, realizados de una forma exquisita, colocados en las láminas de forma absolutamente simétrica y con una gran estilización.



Desgraciadamente, sus tesis al igual que las de Darwin, manipuladas al igual que ocurrió con la teoría del superhombre de Nietzsche, servirían de base para sustentar teorías racistas, socialdarwinistas, que ya desde el siglo XIX iban tomando cuerpo y que tanto daño terminarian por hacer.

Lejos de conocer su obra teórica os dejo estas obras de arte para que las disfrutéis.

Toda la obra gráfica que se refiere a su libro "Obras de Arte de la Naturaleza" ha sido extraída de Wikimedia Commons ( aquí)

Las referidas a las acuarelas que llevó a cabo en su viaje a Java, Sri Lanka y otros lugares del Sureste Asiático se han extraído de esta página en donde encontrareis muchas más.

Las otras imágenes tienen debajo de ellas el link de donde proceden. 

En cuanto a la obra fundamental de referencia y a la que pertenece la cita se ha utilizado un texto en línea (en inglés) de Robert J. Richards,  profesor de la Universidad de Chicago : Aquí.

6 comentarios:

  1. Me alegro que lo hayas publicado... y complementado con los demás detalles. Me encantó la puerta de Binet... y esos paisajes tan coloridos. Justamente, y en referencia a las ideas del hombre, yo publiqué lo de Müller a sabiendas de que aún cuando basta ver sus obras para darse cuenta de que es muy fácil tomarlo por "arte degenerado", hubo quien lo acusó de colaboracionismo con los nazis, entre otras cosas por haber sido profesor de la Academia después del ascenso de Hitler. Hay bastantes desmentidos como para sospechar de que en realidad hubo mucho de mala leche, pero esas cosas quedan y el conocimiento del hombre termina perturbando el disfrute de la obra.
    Si empezáramos a cribar por ideas discutibles desde tiempos remotos... de Roma, sin ir más lejos, no nos quedaría nada políticamente correcto a lo que hincarle el diente.
    Lo dicho, muy guapo.
    Besos isleños.

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    1. Gracias Javier, y sí tienes razón. Hay que dejar de lado ideologías y caracteres de los artistas, primero porque puede que no sean ciertas y por otro si lo son, no deben empañar la obra que hayan realizado.

      Bicos :)

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  2. Buenas tardes, mi seudónimo es Isidoro Ducasse. Muy interesante este Ernst Haeckel, que copiando con arte y delicadeza elementos muy concretos de la Naturaleza, se asemeja sin embargo a un artista abstracto, y podría pasar por uno de ellos si no supiésemos que lo que dibuja no son invenciones suyas. Dices: "levantó ampollas en las mentes más religiosas por su clara negación de la existencia de Dios". Bueno. Allá se cure cada uno sus ampollas, pero yo pienso que lo que realmente habría levantado ampollas en esa época -casi siglo XX- no es que alguien dijera “Dios no existe”, sino que lo demostrase. Entonces sí sería una clara negación. En esa época, decir que Dios no existe, sin sustituirlo por otra cosa, queda flojo, aunque no sabemos si lo dijo sólo de pasada. Los budistas, que son ateos, sustituyen a Dios por… el Conocimiento Supremo, y Descartes venía a decir lo mismo. Lo cual no es una explicación, pero al menos la sustituye por el propósito de encontrarla. Cuando al Buda, que iba con sus discípulos de acá para allá se le acercaban a preguntarle: “Maestro, ¿existen los dioses?”, él se quedaba callado. Cerraba el pico. Pero en sus sermones decía: “yo enseño el camino”.
    Como mínimo, para decir con autoridad "Dios no existe" hay que conocer el Universo sin trabas, sin que uno solo de sus misterios, de sus secretos, se interponga. No creo que fuera el caso de Ernst Haeckel… o quizá sí. Quién sabe.
    Un saludo.

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    1. Gracias por dejar su reflexión, señor Lautreamont!

      Un saludo

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  3. Nada de formulismos, Isidoro a secas.
    Un saludo.

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