domingo, 12 de junio de 2011

Gustave Moreau- El Orfebre del Simbolismo.


 Siglo XIX: momento de convulsiones, de revoluciones, de ascenso político burgués. Siglo de desarrollo industrial, del maquinismo. La clase obrera toma conciencia de su situación. Las ciudades crecen. 



Los valores ilustrados del s. XVIII, la fe en el progreso, el racionalismo, lo objetivo, la doble moral victoriana y burguesa, el materialismo son apartados por un sector de la intelectualidad y se sustituyen por la primacía del sentimiento, de lo irracional, de la intuición e imaginación, del subjetivismo, del impulso, de lo vago y lo difuso….de lo desconocido. Es el Romanticismo. 





Caspar David Friedrich- Románticismo alemán.

Para algunos autores no se puede entender el Simbolismo sin partir del Romanticismo ya que sienta sus bases. Cronológicamente se desarrolla hacia 1880.

 El artista simbolista buscará el arte por el arte, la plasmación de la belleza que sublime la muerte, la enfermedad, lo grotesco, lo demoníaco, lo feo. Busca, como referentes, períodos decadentes de las antiguas civilizaciones romana y bizantina. Desea apartarse de la realidad que no le gusta, que es burda, cotidiana, débil, enferma....Tenderá hacia lo espiritual y ello le llevará al estudio de fenómenos sobrenaturales, de lo diabólico y satánico, de lo hermético, de la magia y el ocultismo.... 

Hay una fascinación por las figuras perversas, inquietantes, crueles: la estética del mal que dice Umberto Eco. Esto germina en la representación de la mujer en la obra de arte como una belleza maléfica, la femme fatale, el ser pérfido que lleva al hombre al abismo, algo patente en la Salomé de Wilde y la del propio Moreau.


 Gustave Moreau: " La Aparición". 1876

El Simbolismo surge como movimiento literario. Es el poeta Jean Moréas quien firma el manifiesto en 1885, pero figura crucial será Huysmans que ejemplifica el decadentismo en su obra "Á rebours" que significa “al revés, al contrario, a contracorriente”.


 Jean Moréas- hacia 1900

Un cierto snobismo será glorificado por distintos intelectuales y el culto al dandy, provocador y de elegancia extravagante, nacido en Inglaterra de mano de George Brummel y que llega a su excelencia con el genial Oscar Wilde, será asumido por Baudelaire. 


 Giovanni Boldini. " El conde Robert de Montesquiou". 1897.

Poeta y mecenas era considerado uno de los representantes del dandismo


Baudelaire junto con Verlaine, Mallarmé, Rimbaud, los llamados poetas malditos,  o el propio Edgard Allan Poe, escriben, en este momento, oponiéndose al naturalismo representado por Zola, y son las figuras principales del movimiento literario simbolista.


 Henri Fantin-Latour: " El Rincón de la Mesa" 1872.

De izquierda a derecha: Verlaine, Rimbaud, Elzéar, Blémont, Valade, 
Alcard, D'Hervilly, Pelleta.


En el ámbito plástico, Odilon Redon o Puvis de Chavannes serán representantes de esta corriente junto a Gustave Moreau, protagonista de esta entrada.

 
Odilon Redon: " Roger y Angélica". Hacia 1910.


Pierre Puvis de Chavannes: " Jóvenes a orillas del mar" 1879

La obra primera del francés Moreau acusa la influencia de Delacroix, y en 1850, él mismo se considera muy influido por Chassériau, del que toma el gusto por el color, brillante, como una joya. 


Theodore Chassériau: Apolo y Daphe, 1845

En 1864 viaja a Italia y permanece en ella cuatro años. Conocerá a los pintores primitivos, los vasos arcaicos, los mosaicos antiguos y los esmaltes bizantinos.

En el año 1864 expone en el Salón Oficial su Edipo ganándose el apelativo de excéntrico y raro. Un comentarista declaró que era como “ un pastiche de Mantegna creado por un estudiante alemán que descansa de la pintura leyendo a Schopenhauer”.


 Gustave Moreau: " Edipo y la Esfinge". 1864

A partir de 1880 dejará de exponer. Atacado por los críticos continuamente, ese es el año en el que por última vez presenta sus obras en el Salón y es el momento en el que es descubierto por Huysmans, quien se entusiasmó con la obra de Moreau y en su reseña de la exposición escribió:

“ El señor Gustave Moreau es un artista único, extraordinario….Después de haber recibido la influencia de Mantegna y Leonardo, cuyas princesas se mueven a través e misteriosos paisajes negros y azules, el señor Moreau ha experimentado entusiasmo por las artes hieráticas de la India. Y de las corrientes del arte italiano y del arte hindú, espoleado también por los tonos febriles de Delacroix, ha extraído un arte peculiar y propio, ha creado un arte personal y nuevo, cuya inquietante atmósfera desconcierta al principio”


 Gustave Moreau: " Júpiter y Semele". 1896


Detallista, visionario, tomaba los personajes de la mitología para crear alegorías tamizadas por las obsesiones de su inconsciente.


 Deva y el grifón.


Safo

Paradógicamente, tras su retiro de los Salones, logra un cierto reconocimiento siendo distinguido con la Legión de Honor y otros premios y obtiene el nombramiento como profesor de la Escuela de Bellas Artes de París, en donde tendrá como alumnos a Matisse y Rouault quien se convertirá en el conservador del Museo Gustave Moreau, creado en 1903, en la capital francesa.


Europa y el toro, 1869


La toilette, 1865-98


Leda, 1865-75


Orfeo, 1865

Las mujeres de Moreau serán seres, no delicados, no hadas benefactoras, sino personajes poderosos, fuertes,  bellos, casi siniestros. El hombre, en sus cuadros, aparece como un ser débil, pasivo, como un ser andrógino que tanta fascinación tuvo sobre críticos y estetas de fines de siglo. 


Las Voces, 1868


Los Pretendientes, 1852.

André Bretón, creador del manifiesto Surrealista, visitará con frecuencia el Museo de Gustave Moreau,  en un momento en el que su obra pasaba desapercibida, ejerciendo una poderosa influencia en esta Vanguardia.


Gustave Moreau: "Phaetón", 1878


 Muerte de Safo, 1870


Dalila


 Desdémona


Sansón y Dalila


Perseo y Andrómeda


Helena en los muros de Troya




Apolo venciendo a la serpiente





Autorretrato, 1850




Bibliografía:

- Historia de la Belleza a cargo de Umberto Eco. Editorial Lumen, 2004.

-  Lucie-Smith, Edward:" El Arte Simbolista". Ediciones Destino, 1991. 

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